Prof: Jimmy Rosario Bernard |
La educación
del siglo XXI, es una enseñanza que se ha caracterizado por la
integración de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(NTIC) y de esto se ha estado hablando hace más de una década al
punto de ya no parecer algo tan nuevo.
Con la
aparición en el mercado de aplicaciones, tanto libres como de pago, que
permiten crear entornos de enseñanza verdaderamente interactivos, haciendo
innecesaria la presencia física de un profesor , sino ocasional
y de manera remota, se permite a los estudiantes
interactuar con un conjunto de herramientas informáticas que facilitan su
aprendizaje de manera significativa y participativa.
Si bien los
que creemos que la educación en línea ahorra significativamente costos a
todos los niveles, ofreciendo programas adaptados a cada estudiante y dar
una mayor opción en materia educativa, es de igual forma un hecho de que
en algunos países se discute sobre las consecuencias que
presentan los estudiantes matriculados con modelos totalmente
virtuales, quienes según algunos estudiosos del tema tienen un
rendimiento significativamente inferior en las pruebas estandarizadas y menor
progreso en cada uno de los ciclos, frente a sus pares. Esto preocupa
bastante, ya que los alumnos que toman docencia totalmente en línea
pierden de alguna manera las formas de relacionarse con los demás
o la posibilidad de participar en discusiones en grupo de
manera face to face.
Esto es un
hecho y no se ve en el futuro, ya esta en el presente, una modalidad prometedora,
dicen muchos, otros todavía se sienten pesimistas sobre esta forma de educar,
pero si es una realidad que en este país ya casi la totalidad de
universidades y entidades de educación superior, están combinando la forma de
estudio tradicional de impartir docencia con la interacción en línea y muchas
veces al margen de lo que contempla el reglamento de Instituciones y
programas de educación superior a distancia aprobado por el
Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MEScyT), totalmente virtual.
Podemos tomar en cuenta que
este modelo ya ha tenido muchos casos de éxito en universidades de gran
prestigio en el mundo, gracias a las inversiones realizadas para su éxito,
también es necesario estar consientes el nivel adecuado para la
formación de una educación totalmente virtual y sobre todo remota, pues el saber conceptual (saber saber), el saber
procedimental (saber hacer), el saber actitudinal (saber ser), el saber
socialmente compartido (saber con el otro), es lo que seguramente nos conduciría
a lograr jóvenes creativos, innovadores y emprendedores, asunto que se
antoja por demás difícil con el sistema educativo nacional que tenemos
actualmente.
Es por ello que estaríamos construyendo prospectivamente
escenarios deseables, escenarios que no vemos tan lejanos, que ya se encuentran
ante nosotros, como son: una alta competitividad, la omnipresente
globalización, un urgente desarrollo sustentable, la necesaria
formación, la valoración de una inminente aparición de escenarios
alternativos, así como una vertiginosa presencia de nuevas y sorprendente
tecnologías.
Sin lugar a duda la enseñanza
en línea permite ahorro de recursos, sobre todo con lo encarecida
que se ha vuelto la educación en este pedacito de tierra, pero el
hecho de querer acelerar este proceso, sin estar
preparados académicamente y contar con las herramientas tecnológicas
necesaria para que sea un éxito, es sin lugar a dudas un posible
fracaso que llevará a la frustración de todos los
involucrados en este proceso.