Inauguran residencial Dulce María Corporán Barreras

Dotado de dieciocho lujosos y confortables apartamentos y locales comerciales para el desarrollo de operaciones fue inaugurado el residencial Dulce María Corporán de Barreras en el Ensanche Luperon.

Dulce María Corporán Barreras, esta ubicado en la Benny Morgan en el ensanche Luperon, y cuenta de doce apartamentos y ocho locales comerciales distribuidos en salones de bellezas, agencias de viajes peluquerías y bufetes de abogados.

El reconocido locutor, periodista y abogado, Alexis Barrera Corporan propietario del establecimiento, destaco que se trata de un proceso de superación y esfuerzo bajo el lema “Siempre se Puede”.

Con la inauguración del citado residencial se concretiza un sueños inspirado en el amor de nuestra madre Dulce María Corporan de Barrera.

Las palabras de bienvenidas fueron pronunciada por Emilio Delgado, la bendición estuvo a cargo del Reverendo Tirso Luis Barrera Santana, en nombre de su madre habló la arquitecta Yajaira Raquel Barrera y las palabras de agradecimientos estuvo a cargo de la psicóloga Nidia Marcelo.

El corte de la cinta estuvo a cargo de Barrera Corporan acompañado de sus hermanos, hijos y demás familiares.

Barrera Corporan, informó que en los próximos meses será inaugurado el residencial, DULCE PENELOPE BARRERA PADRON, ubicado en el sector de Villa Mella, también de la propiedad de señor Alexis Barrera Corporan.

Discurso del Alexis Barrera Corporan

Buenas tardes distinguidos invitados, muchas gracias por venir. Una amalgama de sentimientos encontrados se anida en mi alma en estos momentos: por un lado me emociona dejar inaugurado este proyecto habitacional producto del esfuerzo y la dedicación de un ser humano capaz de dejar a un lado los necesarios momentos de esparcimiento a los que todos tenemos derecho y dedicárselos a la elaboración del mismo y por otro lado la nostalgia se hace dueña de mi corazón al rendirle un merecido tributo de amor a un ser humano excepcional colocando su nombre en letras de oro a este edificio: me refiero a Dulce Maria Corporan de Barreras.

Dulce Maria fue mi madre, pero no fue una madre cualquiera, fue una mujer visionaria y al mismo tiempo con los pies sobre la tierra, que hizo de la enseñanza un proyecto de vida y la razón más importante de su existencia. Fue madre, esposa, maestra y profesora, fundadora del Colegio Monte de Sióm al cual hizo una prolongación de su hogar, dedicándole todo el tiempo que fuera necesario para que los educandos encontraran no solo la preparación académica sino el amor maternal de una mujer que traspaso a todos sus alumnos sus mejores amores de madre.

Este conjunto habitacional que hoy inauguramos y que honramos con el nombre de Dulce Maria Corporan de Barreras quizás no tenga la historia común de otros de su misma especie. Cada varilla, cada funda de cemento, cada block utilizado en su construcción supuso el esfuerzo constante de su propietario y la supervisión sin limites de hora, día o espacio a fin de que el producto terminado fuera de una calidad incuestionable.

Aquí todo el mundo trabajo con amor y no seria justo de mi parte dejar de reconocer como se merecen los afanes y el esfuerzo de todos los que estuvieron involucrados en esto, desde el ingeniero y el arquitecto hasta el más humilde de los trabajadores, para ellos mi más distinguida expresión de gratitud.

Dejo pues, señores invitados formalmente inaugurado este edificio que llevara el nombre de Dulce Maria Corporan de Barreras como un símbolo perenne de gratitud hacia mi madre, luz y razón de mi existencia, faro que iluminara mis pasos por la vida en comunión con su ejemplo, madre y maestra eterna, como eterna será su sonrisa limpia, destello de un corazón que aunque dejo de latir por mandato supremo del Señor, palpita en cada uno de sus hijos. Muchas gracias.

Buenas tardes distinguidos invitados, muchas gracias por venir. Una amalgama de sentimientos encontrados se anida en mi alma en estos momentos: por un lado me emociona dejar inaugurado este proyecto habitacional producto del esfuerzo y la dedicación de un ser humano capaz de dejar a un lado los necesarios momentos de esparcimiento a los que todos tenemos derecho y dedicárselos a la elaboración del mismo y por otro lado la nostalgia se hace dueña de mi corazón al rendirle un merecido tributo de amor a un ser humano excepcional colocando su nombre en letras de oro a este edificio: me refiero a Dulce Maria Corporan de Barreras.

Dulce Maria fue mi madre, pero no fue una madre cualquiera, fue una mujer visionaria y al mismo tiempo con los pies sobre la tierra, que hizo de la enseñanza un proyecto de vida y la razón más importante de su existencia. Fue madre, esposa, maestra y profesora, fundadora del Colegio Monte de Sióm al cual hizo una prolongación de su hogar, dedicándole todo el tiempo que fuera necesario para que los educandos encontraran no solo la preparación académica sino el amor maternal de una mujer que traspaso a todos sus alumnos sus mejores amores de madre.

Este conjunto habitacional que hoy inauguramos y que honramos con el nombre de Dulce Maria Corporan de Barreras quizás no tenga la historia común de otros de su misma especie. Cada varilla, cada funda de cemento, cada block utilizado en su construcción supuso el esfuerzo constante de su propietario y la supervisión sin limites de hora, día o espacio a fin de que el producto terminado fuera de una calidad incuestionable.

Aquí todo el mundo trabajo con amor y no seria justo de mi parte dejar de reconocer como se merecen los afanes y el esfuerzo de todos los que estuvieron involucrados en esto, desde el ingeniero y el arquitecto hasta el más humilde de los trabajadores, para ellos mi más distinguida expresión de gratitud.

Dejo pues, señores invitados formalmente inaugurado este edificio que llevara el nombre de Dulce Maria Corporan de Barreras como un símbolo perenne de gratitud hacia mi madre, luz y razón de mi existencia, faro que iluminara mis pasos por la vida en comunión con su ejemplo, madre y maestra eterna, como eterna será su sonrisa limpia, destello de un corazón que aunque dejo de latir por mandato supremo del Señor, palpita en cada uno de sus hijos. Muchas gracias.

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