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lunes, 19 de agosto de 2013

Ramón Chávez

Bonistas Delta Intur dicen que no han recibido ninguna propuesta concreta

Los bonistas afectados por la quiebra de la Corporación Delta Intur desmintieron que se opongan a una solución de la litis conocida en los tribunales del país y afirmaron que no han recibido ni una sola oferta concreta y viable para compensar a cientos de familias que han sido privadas de sus ahorros de toda la vida.

Al responder una declaración de prensa de Delta Intur en el  sentido de que los bonistas y sus abogados han impedido una salida al “impasse”, el comité que representa a las familias afectadas y su  equipo de abogados sostienen que los responsables del manejo doloso de la corporación   lo que han presentado hasta ahora son ofertas para hacer  negocios dentro del problema,  pretendiendo que acepten  a cambio de sus  inversiones inmuebles sobrevaluados.

Y agregan que “las garantías de inmuebles de las que hacen mención y que según ellos “fueron tasados en RD$ 1,627 millones ” consisten en una propiedad totalmente baldía, ubicada a la altura del kilómetro 24 de la Autopista Duarte y otra en el kilómetro 14 de la carretera Mella, la cual tiene aproximadamente un 20% de desarrollo. Los bonistas ordenaron dos tasaciones independientes,  que arrojan un valor para ambas propiedades  inferior al 60% de los RD$ 700 millones de bonos en circulación”.

“Más grave aún es el hecho de que Delta Intur no ha pagado el precio de los terrenos del Estado que “de manera  fraudulenta dejó  en garantía para los bonos emitidos”, indica la declaración suscrita  por el vocero del Comité de Bonistas, Erick Rafael Vásquez; y el coordinador del equipo legal, Luis Miguel Rivas.

Afirman que en ningún momento ni los bonistas ni sus abogados han “espantado a inversionistas”, como ha sostenido Delta  Intur. “Si alguien ha incurrido  en prácticas de espanto es la empresa que ofreció falsas garantías y desapareció más de 800 millones de pesos  depositados a través de bonos y papeles comerciales”,  señala el Comité de Bonistas.

Recuerdan  además que desde junio del 2012, la Corporación ha dejado de pagar a los bonistas unos 7 millones de pesos de interés mensuales, que a la fecha representarían más de 100 millones pesos, más una cantidad muy importante pendiente de precisar que debieron pagar a los tenedores de papeles comerciales.

Destacan que “los bonistas de Delta Intur son en su mayoría personas envejecientes que invirtieron sus ahorros productos del empeño y del trabajo de toda una vida de sacrificios. Creyeron ver la oportunidad de invertir como una forma de seguridad social que, a su vez, tendría retornos positivos; confiados en el sistema de valores del país regulado y fiscalizado por el estado dominicano.

Dicen retrasan proceso con tácticas dilatorias
La querella penal contra  los responsables de Delta Intur por  falsificación  en escritura pública, estafa, abuso de confianza, lavado de activos  y de violación del Código monetario y de la Ley de Mercados de Valores, fue incoada  en noviembre del 2012  a través de la Fiscalía del Distrito Nacional,  que a la vez de acogerla solicitó medidas de coerción contra los ejecutivos de la Corporación y de otras empresas vinculadas.

El Comité de los Bonistas y el equipo legal indican que desde entonces se han realizado  cuatro  audiencias para conocer las medidas de coerción  que han sido  reenviadas por tecnicismos empleados por los imputados para darle larga al proceso.

Al resaltar la gravedad de la presunta acción delictuosa, afirman  que los bonos de Delta Intur fueron colocados en el mercado de valores con la garantía de unos terrenos ilícitos hurtados al Estado, ya que fueron adquiridos  de manera fraudulenta en perjuicio de  una  donación hecha por Consejo Estatal del Azúcar al Instituto Nacional de la Vivienda para la construcción de 5 mil  viviendas económicas.


Y apunta que   además de tener un origen ilícito y estar sobrevaluados de manera desmedida, la “venta” de los terrenos utilizados como garantías por Delta Intur no fue autorizada o    refrendada por el Senado de la República, de acuerdo a una certificación emitida el 11 de julio del 2013.

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