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martes, 23 de octubre de 2012

Ramón Chávez

Discurso de Marivell Contreras rueda de prensa, Fundación Dominicana de Accidente Cerebral (Fundace)

Marivell Contreras y Feliz Vinicio Lora

Buenas noches:

La utilidad de este encuentro al que nos convocó paso a paso Feliz Vinicio Lora va más allá de este instante y tiene un sentido para los que estamos involucrados, por su llamado en esta importante entidad que con tan nobles fines, nace hoy.

Tiene razón Feliz Vinicio cuando habla de la altísima incidencia de los accidentes cerebro-vasculares en el país y en el mundo de hoy. Mucha más con la cantidad de gente que queda invalidada en parte tanto en sus habilidades físico-motoras, del habla como en todas sus partes físicas y con el eco que esto provoca en la familia más cercana y en la sociedad a la que pertenece.

Hace 7 años, yo era como la mayoría de las personas del país y del mundo, una completa ignorante en relación al cerebro, más allá que como poeta y amante de la filosofía, pensaba –ay pobre de mí-, que el cerebro era simplemente el centro de la razón y que las emociones y la vida eran exclusivas del ámbito del corazón.

Cuánto he tenido que aprender desde que a mi padre le dio la primera isquemia que le provocó un proceso de envejecimiento prematuro y me lo dejara sin memoria. En esos días en que no podía entender cómo todo lo que le era útil e importante a la vida de mi padre había prácticamente desaparecido de su memoria conocí que esto había sido provocado por una demencia senil que a su vez la había provocado un accidente cerebro-vascular a lo que confieso no me llevaron las explicaciones médicas que recibí en ese momento.

En ese tiempo, mi voz de poeta angustiada por el cambio escribió: “Lo peor de que no me conozcas no es lo que hagas, sino que al desconocerme tu, empiece a sentirme como si yo misma me desconociera. 

¿Quién soy después de todo sino lo que tu me hacías sentir que era?
Soy esa imagen Borrosa
Con ojos sin forma
Color o expresión
Con labios  sin mueca, ni risas
Que ya apenas miras
No te dicen nada las palabras que digo
Me lo dicen todo las que no puedes decir.

L a importancia de Fundace es que el mundo está lleno de gente como yo en esa época, que pensaba que las cosas que le pasan a los otros no nos van a pasar a nosotros.

Mi padre murió en el 2006 y hasta entonces, más que escudriñar en los misterios de la vida cerebral me perdía en los laberintos de pq nos quedábamos sin memoria o el significado de la muerte.

El cerebro humano me tendería otra red, igual de profunda y varias veces más terrible para mí, porque era también terrible para todo el país, el accidente cerebro vascular de Yaqui Núñez del Risco en diciembre del 2008. Al borde de la muerte, Yaqui se quedó con nosotros. Aún recuerdo nuestra conversación desde que le acaeció el evento hasta que llegó a Cedimat. Estuvimos, gracias a que mi hermanita Carminia estaba a su lado, conversando hasta un par de minutos antes de entrar a la plaza. Cuando llegó tenía los ojos abiertos, pero no me pudo decir ni una palabra. Confieso que toda mi vida fue llamada a una reflexión y cuestionamiento profundo, pq como podía yo entender que el mago de la palabra se había quedado si su herramienta más significativa. Sin lo que le dio vigencia, fama y reconocimiento público. Su voz. Lo digo poéticamente, pero duele y martilla: el mago de la palabra se quedó sin voz… o el silencio de Yaqui. Que me ha revelado tanto…

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