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lunes, 26 de octubre de 2009

Ramón Chávez

Estreno de “Orquesta de Señoritas” sorprende por su calidad


Por Martha Miniño

Este pasado fin de semana se estrenó la obra “Orquesta de señoritas”, la cual impactó notablemente por la calidad de la puesta en escena de esta pieza, ya que tanto desde el punto de vista actoral como técnico los detalles fueron trabajados meticulosamente.
Esta, autoría de Jean Annouil, había sido puesta en escena en 1980 en el Teatro Santo Domingo, con la interpretación de veteranos actores, y dio mucho de que hablar entonces y es que podemos decir en la historia del teatro dominicano, que hay un antes y después de esta obra.
En esta ocasión, la misma directora de ambos montajes, Germana Quintana, escoge a una serie de actores que dan de que hablar por su interpretación escénica. La pieza relata con aires de tragi-comedia, una relación infausta entre una cellista y un pianista de una orquesta de mujeres y todos los pormenores que se desarrollan a su alrededor, salpicada de detalles, muchos de la época, los años posteriores a la segunda guerra mundial, que inciden en la vida y el desenlace de sus protagonistas.
El ritmo de la pieza es ameno, se mantiene fluido y los actores lucen cómodos en sus roles. Es importante destacar que el autor especifica que los intérpretes de estas mujeres deben de ser hechos por hombres, algo similar al teatro japonés y la ópera china, y sin embargo, en este montaje los actores lucen como tales, mujeres, sin nunca pasar como travestis, mucho menos adefesios.
El rol central está magníficamente logrado por Carlos Espinal, quien interpreta a a la cellista, Susana Delicias, y que desde su entrada cautiva por su caracterización, sus giros y sus rápidos cambios de actitud y humor, los cuales manifiesta con el uso de su cara y sus poses. Además, hace gala de su voz al interpretar una tonada que retrata todo el dolor de su personaje.
Junto a él, Exmin Carvajal, el pianista pusilámine, quien es su miedoso amante y el único rol netamente masculino. Este trabajo también estuvo muy bien realizado, y su caracterización física también logra impresionar.
Giovanny Cruz es madame Hortensia, la directora de la orquesta, quien con mucha elegancia nos mueve a la risa con su tan peculiar y estrafalario personaje que ha viajado por el mundo y conoce más hombres que partituras.
Basilio Nova es Leona y Luis Dantes Castillo Hermelinda, ambos lucen correctos en sus trabajos, en particular este último, con sus largos monólogos.
Finalmente, Raeldo López es la jamona Patricia y Edward Díaz la vivaracha Pamela. Ambos jóvenes logran un estupendo trabajo, en particular López, quien mantiene su rol a todo lo largo de la obra.
En el aspecto escenográfico tenemos un refinado ambiente, creación y diseño de Yamilka Román, que sin muchos detalles y mucha clase nos retrata el ambiente cabaretero y permite un fácil desenvolvimiento de los actores en escena.
Las luces de Lillyanna Díaz son otro trabajo a resaltar, finos cambios en los colores y las texturas; los apartes hechos de manera que no parece que abandonamos jamás la escena y todo se concentra ahí y luces de la orquesta que retrata el ambiente de un cabaret de la época.
El vestuario, uniforme y muy adecuado, y la utilería empleada muy acorde, en particular la del señor Espinal.
La musicalización bastante acertada, no así la música incidental mientras esperábamos la presentación, que dicho sea de paso, inició algo tarde, para ligera impaciencia de los presentes esa noche, público que reunió a artistas e intelectuales.
Esta pieza continuará en cartel todo el próximo fin de semana y se la recomendamos ampliamente a todo el público amante del buen teatro.

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